La tecnología puede afectar tanto la calidad como la cantidad del tiempo de interacción entre padres e hijos durante la primera infancia de diversas maneras. En primer lugar, el uso excesivo de dispositivos electrónicos por parte de los padres puede distraer su atención de sus hijos, lo que resulta en una menor calidad de interacción. Cuando los padres están constantemente absortos en sus teléfonos o computadoras, es menos probable que participen activamente en actividades significativas con sus hijos, como jugar, hablar o leer juntos. Además, la tecnología puede interrumpir la comunicación cara a cara entre padres e hijos. Las notificaciones constantes de mensajes de texto, correos electrónicos o redes sociales pueden interrumpir las conversaciones familiares y dificultar el mantenimiento de una conexión emocional profunda. Esto puede llevar a una menor calidad de interacción y a una sensación de desconexión entre padres e hijos. Por otro lado, el uso excesivo de la tecnología puede limitar las oportunidades de participar en actividades compartidas en familia. Cuando los padres están ocupados con sus dispositivos electrónicos, es menos probable que participen en juegos, salidas o proyectos conjuntos con sus hijos. Esto puede resultar en una menor cantidad de tiempo de calidad dedicado a construir vínculos familiares fuertes y enriquecedores. La tecnología puede afectar negativamente tanto la calidad como la cantidad del tiempo de interacción entre padres e hijos durante la primera infancia al distraer la atención de los padres, interrumpir la comunicación y limitar las actividades compartidas en familia. Es fundamental que los padres establezcan límites claros sobre el uso de la tecnología en el hogar y se esfuercen por dedicar tiempo de calidad sin distracciones a interactuar y conectarse con sus hijos. El uso excesivo de dispositivos tecnológicos por parte de los padres puede generar "tecnoferencia", es decir, interrupciones e intrusiones en la interacción con los hijos. Esto puede disminuir el tiempo de calidad que los padres pasan con sus hijos y afectar negativamente el proceso educativo en el ámbito familiar. Además, la exposición temprana de los niños a pantallas y dispositivos digitales, especialmente antes de los 2 años, puede tener efectos negativos en su desarrollo cognitivo, social y emocional. Esto se debe a que los niños pequeños aprenden mejor a través de la interacción física y el juego tradicional que a través de medios digitales. la tecnología también puede tener algunos beneficios si se usa de manera moderada y controlada. A partir de los 2 años, los niños pueden aprender de ciertos contenidos educativos digitales, siempre y cuando los padres participen y supervisen el uso.
Recuperado de: https://adiccionesconductuales.som360.org/es/articulo/como-afectan-nuevas-tecnologias-comunicacion-familiar
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